Un disco sencillamente fabuloso. Mi preferido de toda la discografía de Djavan.
Fue grabado en Los Angeles, Estados Unidos. Pero en lugar de influenciarse por los músicos extranjeros que lo acompañaban, Djavan logró que fueran los músicos quienes se adaptaran a sus composiciones. Incluso el productor Ronnie Foster, quien antes de comenzar el trabajo reunió a los músicos y les hizo escuchar los cuatro trabajos anteriores de Djavan.
Al llegar a Los Angeles se rodió de músicos brasileños radicados en Estados Unidos, como Moacir Santos, Oscar Castro Neves y Raul de Souza, quienes además de participar en el disco, realizaron arreglos de cuerdas y metales. Hubo entonces una mezcla muy fructífera entre los músicos que viajaron con él y los que se sumaron en el estudio de grabación, logrando un disco de excelencia.
Más allá de que ya era muy popular en Brasil, y que sus canciones fueran versionadas por Gal Costa, Caetano Veloso, Maria Bethania y Roberto Carlos, éste disco le da a Djavan características de masividad: sus conciertos pasaron de celebrarse en teatros a estadios; y la venta de sus discos pasaron de cuarenta mil a trescientas cincuenta mil copias.
Stevie Wonder toca la armónica en “Samurai”, y tras escuchar el resto del material grabado para el disco, pidió “ser el primero en recibir una copia del álbum”. Y cualquiera de nosotros hubiera pedido lo mismo.
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