Confieso mi completa adicción a la música para cello y a Yo-Yo Ma en todas sus interpretaciones!
Cuando escuché por primera vez esta banda sonora quedé completamente cautivada y por muchos meses no pude dejar de oírla todos los días (y muchas veces al día). Creo que cuando se reúnen talentos enormes como John Williams -compositor y director del que no hace falta hablar- un chelista de la magnitud de Yo-Yo Ma y un violinista del talento de Itzhak Perlman lo único que puede resultar es una verdadera obra de arte que no se pueden perder!
Historia De Un Proyecto Musical:
Analizando el trabajo del Maestro Williams en esta banda sonora, y la historia de la misma, hacía tiempo que John Williams no tenía tanto interés por hacerse con la composición de un score. Es bien sabido el interés de Williams por sus trabajos para concierto, algunos de ellos basados en historias o leyendas, y cuando en el año 1997, Yo Yo Ma recibió por correo un paquete de su amigo John Williams, que contenía la novela de Arthur Golden, fue el primero de los pasos que acabó en la composición del score para su adaptación cinematográfica. Yo Yo Ma contaba como recordaba perfectamente el gran interés de Williams por crear una "imagen musical" de la novela, mucho antes de saber si la novela se llevaría a la gran pantalla. Fue por esas fechas, cuando John Williams habló con su amigo Steven Spielberg sobre la novela, y al leerla este último le cautivó y se hizo con los derechos cinematográficos. Unos años después, se comenzó la preproducción (cuando Spielberg figuraba aun como director del proyecto), y John Williams enseguida contactó con Yo Yo Ma para que colaborara en el score. El proyecto sufrió varios retrasos debido a la agenda de Spielberg, y al final este se desvinculó de su dirección, pasando esta a las manos de Rob Marshall. Cuenta el propio director, que al retirarse Spielberg del proyecto, de "cierta manera" el puesto de músico del film quedó vacante, y como se sorprendió al recibir a John Williams en una visita, con su jersey de cuello vuelto negro, pidiéndole hacer la música para el film. Marshall, que define a Williams como el más perfecto caballero que ha conocido, no pudo más que aceptar el ofrecimiento de una persona que, a día de hoy, es una de las leyendas vivas de la historia de la música y del cine. Igualmente Rob Marshall recuerda como una anécdota, cuando tras aceptar el ofrecimiento de John Williams para la composición del film, este vino a verlo un día y le comentó que sería una buena idea que Yo Yo Ma se incorporara al proyecto, y que igualmente Itzhak Perlman podría tocar el violín solista en contraposición al cello de Ma. Marshall se quedó de piedra al oir que esos dos grandes nombre de la música iban a tocar en la música para su película, e intentando no desmayarse, dijo simplemente: "Me parece muy bien. Adelante.".
Es curioso el interés del Maestro por este proyecto, y hay una frase de él mismo, en una entrevista en referencia a este proyecto, que define el por qué del interés de este por poner música a "Memorias de una Geisha": “Cuando uno se da cuenta de que aún hay sitio para la belleza en el mundo en el que vivimos, hay que celebrarlo, y creo que es fácil darse cuenta de la belleza que esconde el maravilloso libro de Arthur Golden. El libro cuenta una historia de amor única. He compuesto música para muchas batallas y para piezas históricas, pero he tenido muy pocas oportunidades de hacer una historia de amor. Y menos una tan bella y diferente como ésta".
Ávido de estudiar y aprender todo lo concerniente a un estilo musical que no había explorado en su larga carrera musical (en lo que a sonidos étnicos orientales procedentes de Japón se refiere), el Maestro dedicó todo el verano de 2005 a adentrarse en los sonidos y ambientes de la música japonesa. Según sus propias palabras, el reto de componer "Memorias de una Geisha" ha sido: "Incorporar la gramática de la música japonesa con lo que entendemos como armonía musical occidental y su idiomática de melodías". Un método por el cual, uniendo ambos estilos, conseguía un tercero que podría dar ese sonido característico donde el film pudiese asentarse y sentirse cómodo. Para ello, Williams ha tenido que aprender las posibilidades armónicas de una multitud de instrumentos que desconocía, y aprender a componer para ellos, como el koto de 13 cuerdas, la flauta shakuhachi, la flauta de bambú, el shamisen, las tambores taiko y una gran cantidad de instrumentos de viento y percusión que ha incorporado a esta orquestación, sin igual en su carrera. Todo este esfuerzo obtuvo su resultado en 90 minutos de música grabados en el Ucla's Royce Hall, de los cuales 60 han ido a parar a la edición discográfica de este trabajo, de manos de la misma Sony Music. Toda esta música, incluye, evidentemente, las aportaciones del violinista Itzhak Perlman, cuyo sonido representa al personaje del Presidente (The Chairman) interpretado por Ken Watanabe, y del violonchelista Yo Yo Ma, cuyo sonido representa el personaje de Sayuri, interpretado por Ziyi Zhang. El propio Yo Yo Ma, ha dicho sobre la banda sonora de la película: "Es uno de esos trabajos de intachable factura por parte del Maestro, en el que a pesar del estilo oriental, se conserva el estilo inconfundible de John Williams, perfectamente ajustado al material. Él es un maestro del material, y eso también se basa en un conocimiento profundo del mundo del jazz y del teatro musical estadounidense". El director Rob Marshall fue el primero en acoger la idea de representar con la idea del sonido del cello, la soledad de Sayuri, ya que al ser un instrumento solista transmite esa sensación aunque esté arropado por la orquesta. Según el mismo director, desde cierto punto de vista, realmente Yo Yo Ma interpreta a Sayuri e Itzhak Perlman al Presidente.
Sin duda, palabras o expresiones como: buen gusto, delicadeza o belleza, definen este trabajo, por el cual ha recibido numerosos premios, de prensa especializada, que lo distinguen como el mejor trabajo del año 2005.
Historia De Un Proyecto Musical:
Analizando el trabajo del Maestro Williams en esta banda sonora, y la historia de la misma, hacía tiempo que John Williams no tenía tanto interés por hacerse con la composición de un score. Es bien sabido el interés de Williams por sus trabajos para concierto, algunos de ellos basados en historias o leyendas, y cuando en el año 1997, Yo Yo Ma recibió por correo un paquete de su amigo John Williams, que contenía la novela de Arthur Golden, fue el primero de los pasos que acabó en la composición del score para su adaptación cinematográfica. Yo Yo Ma contaba como recordaba perfectamente el gran interés de Williams por crear una "imagen musical" de la novela, mucho antes de saber si la novela se llevaría a la gran pantalla. Fue por esas fechas, cuando John Williams habló con su amigo Steven Spielberg sobre la novela, y al leerla este último le cautivó y se hizo con los derechos cinematográficos. Unos años después, se comenzó la preproducción (cuando Spielberg figuraba aun como director del proyecto), y John Williams enseguida contactó con Yo Yo Ma para que colaborara en el score. El proyecto sufrió varios retrasos debido a la agenda de Spielberg, y al final este se desvinculó de su dirección, pasando esta a las manos de Rob Marshall. Cuenta el propio director, que al retirarse Spielberg del proyecto, de "cierta manera" el puesto de músico del film quedó vacante, y como se sorprendió al recibir a John Williams en una visita, con su jersey de cuello vuelto negro, pidiéndole hacer la música para el film. Marshall, que define a Williams como el más perfecto caballero que ha conocido, no pudo más que aceptar el ofrecimiento de una persona que, a día de hoy, es una de las leyendas vivas de la historia de la música y del cine. Igualmente Rob Marshall recuerda como una anécdota, cuando tras aceptar el ofrecimiento de John Williams para la composición del film, este vino a verlo un día y le comentó que sería una buena idea que Yo Yo Ma se incorporara al proyecto, y que igualmente Itzhak Perlman podría tocar el violín solista en contraposición al cello de Ma. Marshall se quedó de piedra al oir que esos dos grandes nombre de la música iban a tocar en la música para su película, e intentando no desmayarse, dijo simplemente: "Me parece muy bien. Adelante.".
Es curioso el interés del Maestro por este proyecto, y hay una frase de él mismo, en una entrevista en referencia a este proyecto, que define el por qué del interés de este por poner música a "Memorias de una Geisha": “Cuando uno se da cuenta de que aún hay sitio para la belleza en el mundo en el que vivimos, hay que celebrarlo, y creo que es fácil darse cuenta de la belleza que esconde el maravilloso libro de Arthur Golden. El libro cuenta una historia de amor única. He compuesto música para muchas batallas y para piezas históricas, pero he tenido muy pocas oportunidades de hacer una historia de amor. Y menos una tan bella y diferente como ésta".
Ávido de estudiar y aprender todo lo concerniente a un estilo musical que no había explorado en su larga carrera musical (en lo que a sonidos étnicos orientales procedentes de Japón se refiere), el Maestro dedicó todo el verano de 2005 a adentrarse en los sonidos y ambientes de la música japonesa. Según sus propias palabras, el reto de componer "Memorias de una Geisha" ha sido: "Incorporar la gramática de la música japonesa con lo que entendemos como armonía musical occidental y su idiomática de melodías". Un método por el cual, uniendo ambos estilos, conseguía un tercero que podría dar ese sonido característico donde el film pudiese asentarse y sentirse cómodo. Para ello, Williams ha tenido que aprender las posibilidades armónicas de una multitud de instrumentos que desconocía, y aprender a componer para ellos, como el koto de 13 cuerdas, la flauta shakuhachi, la flauta de bambú, el shamisen, las tambores taiko y una gran cantidad de instrumentos de viento y percusión que ha incorporado a esta orquestación, sin igual en su carrera. Todo este esfuerzo obtuvo su resultado en 90 minutos de música grabados en el Ucla's Royce Hall, de los cuales 60 han ido a parar a la edición discográfica de este trabajo, de manos de la misma Sony Music. Toda esta música, incluye, evidentemente, las aportaciones del violinista Itzhak Perlman, cuyo sonido representa al personaje del Presidente (The Chairman) interpretado por Ken Watanabe, y del violonchelista Yo Yo Ma, cuyo sonido representa el personaje de Sayuri, interpretado por Ziyi Zhang. El propio Yo Yo Ma, ha dicho sobre la banda sonora de la película: "Es uno de esos trabajos de intachable factura por parte del Maestro, en el que a pesar del estilo oriental, se conserva el estilo inconfundible de John Williams, perfectamente ajustado al material. Él es un maestro del material, y eso también se basa en un conocimiento profundo del mundo del jazz y del teatro musical estadounidense". El director Rob Marshall fue el primero en acoger la idea de representar con la idea del sonido del cello, la soledad de Sayuri, ya que al ser un instrumento solista transmite esa sensación aunque esté arropado por la orquesta. Según el mismo director, desde cierto punto de vista, realmente Yo Yo Ma interpreta a Sayuri e Itzhak Perlman al Presidente.
Sin duda, palabras o expresiones como: buen gusto, delicadeza o belleza, definen este trabajo, por el cual ha recibido numerosos premios, de prensa especializada, que lo distinguen como el mejor trabajo del año 2005.
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Tracklist:
01. Sayuri's Theme
02. The Journey to the Hanamachi
03. Going to School
04. Brush on Silk
05. Chiyo's Prayer
06. Becoming a Geisha
07. Finding Satsu
08. The Chairman's Waltz
09. The Rooftops of the Hanamachi
10. The Garden Meeting
11. Dr. Crab's Prize
12. Destiny's Path
13. A New Name... A New Life
14. The Fire Scene and the Coming of War
15. As the Water...
16. Confluence
17. A Dream Discarded
18. Sayuri's Theme and End Credits
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